Casi el 75% de los empleados sufren de estrés en el trabajo, si eres uno de ellos, aprende a manejarlo y mejora tu salud.
¿Te sientes agobiado en tu trabajo?
Vence el estrés que te provoca.
“Si respetas la importancia de tu trabajo, éste, probablemente, te devolverá el favor". Mark Twain (Escritor estadounidense). |
El estrés en el empleado.
El nivel de responsabilidad y control sobre el trabajo influye en el nivel de estrés que vive la persona.
Generalmente el empleado tiene la desventaja de no poder tomar todas las decisiones que desea y de tener que aceptar cosas con las que no está de acuerdo
Pero tiene la ventaja de poder dejar las preocupaciones en el trabajo y su preocupación es sólo por una parte de lo que sucede en la empresa o negocio.
Analiza las diferentes situaciones descritas en la siguiente sección y corrige los aspectos que consideres importantes para disminuir o eliminar tu estrés.
¿Qué puedes hacer?
Las opciones de solución pueden variar de acuerdo a las diferentes situaciones:
Problemas de relación.
Como empleados, tenemos que relacionarnos con nuestros jefes, compañeros de trabajo y otras personas como clientes, proveedores, etc.
Nos relacionamos con personas que nosotros no elegimos.
Como todas las relaciones, las diferencias de opinión son comunes y si son mal manejadas provocan conflictos.
El primer punto para tener una buena relación es aprender a comunicarnos adecuadamente.
Es decir, saber el momento, lugar y manera correcta para expresarnos y saber escuchar.
El primer paso para resolver un conflicto con otra persona, es hablar con ella.
Pero antes de hacerlo, debemos saber con claridad qué queremos decirle y para qué.
Piensa antes de hablar, aclara tus sentimientos y utiliza tus palabras para solucionar los conflictos, no para hacer sentir mal al otro.
Recuerda que cada persona piensa y siente de manera diferente.
Tiene valores, costumbres y experiencias distintas.
Para mantener una buena relación, no se trata de ver quién sabe o puede más, ni quién está en lo correcto y quién no.
Todos pensamos que nosotros tenemos la razón y que el otro es el que está equivocado.
Para evitar problemas es importante aceptar y respetar la opinión del otro, aun si no estamos de acuerdo.
Querer imponer siempre nuestro punto de vista es señal de rigidez, soberbia y problemas de inseguridad.
Si la manera de pensar de otra persona nos afecta directamente, ya lo hablamos con ella y no nos sirvió de nada, es el momento de recurrir a un superior.
No para salir "ganando", sino para evitar o resolver un problema.
Si alguien te busca pleito, habla claro con él.
Si no logras nada hablando, ignora lo que te dice.
Ignora sus palabras, no a la persona.
Y dile que no estás de acuerdo, pero que no te interesa discutir ese punto.
Si te critican, analiza la crítica para ver si hay algo de razón. Si es así, acéptalo y corrige.
Si no, ignóralo y sigue con tu trabajo.
Problemas de organización.
Cuándo piensas en el manejo dentro de la empresa o negocio, no en alguien en particular, ¿cómo te sientes?
Si tus emociones son negativas: enojo, angustia, malestar, depresión, etc., algo está sucediendo.
Analiza con objetividad.
¿Qué te molesta?
¿Por qué?
A ti, en particular, ¿en qué te afecta?
¿Se relaciona directamente contigo?
No "compres" problemas de los demás.
No dejes que tus problemas o molestias personales interfieran o se reflejen en tu trabajo.
Enfócate en lo que te afecta directamente en relación al manejo de la empresa o negocio.
Si tienes dudas sobre tus funciones, la jerarquía o cualquier otro aspecto, pregunta.
Pero dirígete a la persona indicada.
No te detengas ante el miedo a quedar mal.
Querer aprender no tiene nada de malo.
La persona que critica a quién busca información, comete un gran error.
Más vale quedar mal una vez que cometer errores constantemente.
Si deseas un cambio, mayores responsabilidades, posibilidad de tomar decisiones, coméntaselo a tu superior.
Demandas propias del tipo de trabajo.
Si el tipo de trabajo que realizas es peligroso, busca de que manera puedes estar protegido.
Si es necesario, háblalo con tu superior.
Procura descansar suficiente cuando no trabajes.
El cansancio, aumenta el peligro.
Si tu trabajo es muy desgastante, analízalo para ver los motivos.
¿Despende de las demandas y exigencias que implica?
¿Éstas son reales y externas o se relacionan con tu manera de ser?
En el primer caso, fortalécete física y emocionalmente:
En el segundo caso, trabaja sobre tus características personales:
Encuentra la manera de darle sentido y significado a lo que haces.
Esto aumenta el grado de satisfacción.
La satisfacción disminuye el estrés y nos fortalece.
Problemas ambientales.
Si tu medio ambiente es desagradable o molesto, analiza los diferentes elementos.
¿Puedes hacer tú, algo al respecto?
Pequeños cambios, pueden dar buenos resultados.
Como por ejemplo, música relajante, una planta, un póster, reacomodar los muebles, etc.
Si los cambios no dependen de ti (cambiar muebles, iluminación, vibraciones, etc.,) háblalo con tu superior.
¿Necesitas tapones de oído, mascarillas, guantes, etc.?
Pídelos.
Si no pueden hacerse cambios, por situaciones específicas del lugar o tipo de trabajo, mantén tu salud en el mejor estado posible.
Aliméntate bien, haz ejercicio, relájate, etc.
Características personales
Nuestra forma de ser, puede ser nuestro peor enemigo.
¿Te afecta demasiado lo que dice cualquier persona?
¿Te sientes criticado fácilmente?
¿Te enojas o irritas constantemente?
¿Nunca estás totalmente satisfecho con lo que haces?
Nuestra actitud, autoestima y forma de ser puede ser cambiada.
No es fácil, pero tampoco lo es, vivir descontento, angustiado, deprimido, enojado, etc.
Analiza tu manera de pensar y tus creencias.
Busca toda la información que necesites.
Lee los artículos sobre los obstáculos en nuestro camino y técnicas y soluciones, que pueden ayudarte.
Infórmate sobre como fortalecer la autoestima.
Busca ayuda de un profesional, si es necesario.
Estresores económicos.
Si tu sueldo no es suficiente y no puede ser aumentado, analiza tú presupuesto personal.
¿Estás bien organizado?
¿Puedes hacer algunos cambios?
¿Estás gastando en cosas que no son indispensables?
Si necesitas apoyo, habla con las personas que viven y comparten gastos contigo.
Revisa tus prioridades.
Si tener o comprar algo, te genera angustia y preocupación, quizás no vale la pena.
¿Te comparas con los demás?
No vale la pena, sólo te vas a sentir mal.
Enfócate en lo que sí tienes y no en lo que te falta.
Si las cosas materiales nos dieran la felicidad, todos los ricos serían felices y todos los pobres vivirían tristes o deprimidos y no es así.
Nuestra respuesta ante lo que tenemos y lo que no tenemos, depende de nuestra actitud personal y de nuestras creencias.
Para una persona tener lo suficiente para pagar su transporte es suficiente, para otra lo es tener un coche pequeño y usado y para algunas es tener un coche de lujo.
Por lo tanto, nuestra satisfacción o malestar no depende de las cosas, sino de nuestra forma de evaluarlas y de lo que consideramos necesario o indispensable.
Pero sobre todo, no te califiques por tu situación económica.
Te valor como persona, no depende de lo que tienes.
Esa es una creencia de nuestra cultura y es equivocada.
No importa si otras personas lo creen así.
Lo que a ti te afecta, es lo que tú crees.
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El estrés psicológico emocional.
Estrés corporal.
Estrés y personalidad.
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Autoestima, la llave de tu bienestar.
Tipos de autoestima.
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Autoimagen, nuestro espejo interno.
Mejorara tu autoestima y calidad de vida.
Lic. Silvia Russek.
Lic. en Psicología Clínica.
Especialidad en Terapia de Pareja.
Especialidad en Terapia Cognitiva.
Terapia por Internet. por videoconferencia.
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