La relación con tu ex-pareja.



Aprende a negociar con tu ex-pareja.
Si tienes hijos, es casi imposible evitar cierta relación con tu ex-pareja.
Manejarla adecuadamente beneficia a los niños y evita mayores problemas.


¿Cómo quieres relacionarte con tu expareja?





Escoge la mejor opción.




"Es posible conseguir algo luego de tres horas de pelea, pero es seguro que se podrá conseguir con apenas tres palabras impregnadas de afecto". Confucio (Filósofo chino).





Esta sección te ayuda a:


1.- Comprender la importancia de buscar una buena relación.

2.- Saber qué hacer.





¿Por qué es necesaria una buena relación?



Generalmente tratar con nuestra ex-pareja es difícil.

Sin embargo, durante el proceso del divorcio y durante muchos años más, si tenemos hijos, vamos a tener que tratar con ella.

Los conflictos que surgen durante y después del divorcio, pueden ser muy intensos, porque:

  • Cuando vemos a nuestra pareja, recordamos situaciones de la relación, que nos han hecho sufrir.



  • Nuestras emociones negativas aumentan su intensidad y surgen nuevos conflictos relacionados con la negociación del divorcio.



  • En ciertos momentos, predomina en nosotros un deseo de poder, control y/o de venganza.
    Queremos vencerlo, hacerlo sufrir y demostrar que nosotros somos los ganadores.



  • Aparentemente, ya no tenemos ningún motivo para tratar de disminuir o suavizar las diferencias que nos llevaron al divorcio



  • Nos conocemos bien y sabemos cuales son los puntos "débiles o vulnerables" de nuestra ex-pareja y cómo atacarla.
    Y ella se encuentra en la misma situación.


Si estando casados, no pudimos manejar nuestras diferencias y encontrar soluciones para nuestras necesidades, ahora que estamos manejados por el coraje, frustración, culpa, etc., es mucho más difícil.

Pero si tenemos hijos, es necesario mantener cierta relación y aprender a negociar.
No es por nosotros.
Es por ellos.

Por eso, antes de hablar con tu ex-pareja, recuerda que los hijos son muy importantes y que para que crezcan emocionalmente sanos y fuertes, deben contar, en lo posible con:
  1. Ambos padres, aunque vivan separados,

  2. un ambiente de tranquilidad y

  3. un buen ejemplo de cómo manejar los conflictos.







¿Qué hacer?

Al negociar, recuerda siempre que cualquier situación de pareja tiene tres realidades:

  • La que ves y vives tú,

  • la de tu pareja,

  • y lo que realmente sucede.


Trata de imaginarte que alguien a quién quieres mucho, del sexo contrario, se encuentra en una situación parecida a la de tu ex-pareja.

¿Cómo verías su situación?
¿Qué querrías para esa persona?
Ten eso en mente cuando hables con tu ex-pareja.

Recuerda que cada uno de ustedes ve las cosas y las vive de una manera diferente, de acuerdo a su forma de ser, experiencias que ha vivido, valores, creencias, etc.
Por eso es difícil mantener un buen matrimonio.
Pero es más difícil aun tener un buen divorcio

Trabaja tus emociones lo más que puedas, para que sea tu mente y no tu corazón la que busque la mejor solución.





Trata de evitar el conflicto.

No puede haber conflicto si no hay dos o más personas que deseen tenerlo.

Con frecuencia nos involucramos en una pelea, porque tenemos algunos pensamientos como los siguientes:

"Tengo que demostrarle que soy fuerte, para que no me lastime".
"Si me causó tanto dolor, ahora me voy a desquitar".

"Si lo dejo que se salga con la suya, va a creer que es más que yo".
Etc.
Es importante evitar el enfrentamiento con nuestra ex-pareja porque:

  • Nos evita un mayor estrés y desgaste emocional, del que ya estamos viviendo.

  • Es más fácil llegar a los acuerdos necesarios, si no permitimos que nuestra conducta esté manejada por el coraje, el deseo de venganza y de demostrar quién es el más fuerte.

Es muy fácil enojarse cuando nos sentimos atacados o criticados por nuestra ex-pareja.
Pero contraatacarla o "defendernos" sólo aumenta el enojo y el conflicto, de ambos lados.

Trata de distinguir entre sentirte atacado y ser atacado.
Esta diferencia es muy importante.

Cuando tu ex-pareja empieza a atacarte, culpándote o criticándote, lo mejor es decirle, viéndola a los ojos:
Se que estás enojado y yo también lo estoy, pero creo que lo importante es llegar a un acuerdo que no nos lastime más y no dañe a los niños.

Escúchalo y trata de no reaccionar ante sus palabras.

Recuerda que la actitud y forma de resolver las diferencias que han adoptado, es lo que los llevo al divorcio.
Por eso es importante buscar nuevas opciones.

Escucharlo no quiere decir estar de acuerdo, ni aceptar todo lo que dice, es solo escuchar.

Mientras escuchas, no pienses en lo que le vas a responder.
Resiste la tentación de gritar o ser burlón u ofensivo.
No utilices palabras como: siempre, nunca, todo o nada.
No empieces tus oraciones con "tú..."

Si te es difícil hablar con tu ex-pareja, hazlo por escrito.
Ya sea por e-mail o a través de una nota.
Lee lo que escribiste, antes de enviársela y revisa que no estés atacándolo.





Parte de una actitud realista.

Si durante todos los años de tu matrimonio, no lograste que tu ex-pareja actuara como tu querías, ¿por qué piensas que ahora lo vas a lograr?

Recuerda que no puedes controlar la conducta de tu ex-pareja, pero si puedes controlar la tuya.
Si tu actitud cambia, hay algunas probabilidades que la de tu ex-pareja también cambie.

Si hizo algo que te enojó, por ejemplo llegar tarde a recoger a los niños, no lo discutas en ese momento, ya que tus palabras van a ser provocadas por el enojo.

Ayuda a tu ex-pareja, cuando puedas.

Recuerda que lo que "hagas por ella", realmente lo estás haciendo por tus hijos e incluso por ti mismo.
Tratar de hacerle las cosas más difíciles, sobre todo en relación a los hijos, es perjudicar a éstos.

No disculpes tus ataques diciendo que es verdad lo que le dices. Quizás sea cierto, pero hay una manera y lugar apropiado para decir las cosas y un motivo para hacerlo.
Si el tuyo es hacerlo enojar, sentir culpable, etc., lo que le dices, aunque sea cierto y esté "bien" dicho, es destructivo y debes de evitarlo.





Reevalúa lo que es importante en tu vida.

Reflexiona sobre lo que realmente necesitas y es importante para solucionar bien tu divorcio y llevar una vida mejor.

Enfócate en lo que necesitas y no en todo lo que quieres.
Si peleas por todo lo que quieres o te gustaría, el pleito puede durar años.

Antes de verlo, pregúntate qué estás buscando:

  • ¿Quieres llegar a un buen acuerdo, por ti y por tus hijos,
  • intentas desquitar tu coraje o
  • deseas demostrarle que eres fuerte, que estás muy bien y que no te lastimó?


Tu actitud va a depender de tus verdaderas intenciones.
Trata de ser lo más honesto posible.
Piensa bien antes de hablar.

Aprende a respirar y a relajarte y hazlo antes y durante la negociación.
Al terminar, busca la manera de darle salida a la tensión: haz ejercicio, camina, canta, etc.


Si tu adoptas una actitud tranquila, no de superioridad, a la larga tu ex-pareja va a responder adecuadamente.

¿Cuánto tiempo va a tardar?
Depende de su forma de ser, de que tan enojada y lastimada esté, etc.

Pero vale la pena "aguantar" y al final lograr los mejores acuerdos para todos.

Si de plano esto es imposible, busquen un mediador.
Pero alguien que sepa mediar y que sea imparcial.
No busques un amigo o familiar, porque a la larga las cosas pueden empeorar.


Aprende a respirar correctamente, relajarte y manejar el estrés, sobre todo durante los momentos en que necesitan estar juntos o negociar algo, respecto a los hijos.

Mejora tu comunicación y aprende sobre la relación entre nuestros pensamientos y nuestras emociones para que puedas controlarlas, disminuirlas o evitarlas,









Psic. Silvia Russek
Lic. En Psicología Clínica.
Especialidad en Terapia de Pareja.
Especialidad en terapia Cognitivo Conductual.

Terapia individual y de pareja.
Citas:
e-mail:[email protected]





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Cada paso, por pequeño que sea, te acerca a la meta.

Tú puedes lograrlo.

Silvia Russek.