Sufrir durante una pérdida es inevitable. Pero podemos aprender qué hacer ante una pérdida y cómo actuar, para superarlas adecuadamente y volver a encausar nuestra vida.
No sabes cómo disminuir el dolor.
Aprende a hacerlo.
"Lo que una vez disfrutamos, nunca lo perdemos. Todo lo que amamos profundamente se convierte en parte de nosotros mismos". Hellen Keller (1880-1968) Escritora, oradora y activista política sordociega, estadounidense. |
Como vivir una pérdida.
Con frecuencia, cuando nos vemos agobiados por el dolor, podemos no saber, qué hacer ante una pérdida. Nos cuesta trabajo pensar y ver hacia el futuro, ya que la tristeza nos cubre totalmente.
Generalmente, hablamos de pérdida cuando se muere una persona, se aleja o se rompe una relación, pero esto mismo puede aplicarse a cualquier otro tipo, por ejemplo, económico, de nuestros sueños y esperanzas, de una parte de nuestro cuerpo, por un cambio de ciudad o país, etc.
A continuación, vamos a ver algunas sugerencias que te van a ayudar a superar una pérdida
Lo primero que tienes que hacer, es reconocer y aceptar la perdida y, en segundo lugar, reconocer y aceptar tus sentimientos.
Expresa dichos sentimientos, todas las veces que sea necesario, hasta que sientas que estos pierden fuerza.
Date permiso para sentirte mal.
Confía en ti mismo, en que vas a tener la capacidad de salir adelante.
Pide ayuda, siempre que la necesites.
Acepta que tienes el deber y el derecho de volver a ser feliz y de luchar para lograrlo.
Aprende a dar las gracias, todos los días, por lo que sí tienes.
No te exijas lo que en estos momentos no puedas dar, concédete el tiempo que necesitas.
No tomes decisiones importantes en estos momentos, a menos que sea indispensable y si es así, consúltalas con alguien de tu confianza.
Recuerda que la recuperación no es una línea recta, siempre hacia arriba. Lo normal, es dar algunos pasos para adelante y alguno para atrás.
Habla sobre lo que perdiste, tanto de la persona en sí, como de todas las demás pérdidas que se generan a partir de la primera. (estatus, roles, actividades en común, identidad, aspectos económicos, compañía, etc,) Esto te ayuda a aceptar la pérdida y a dejar salir tus emociones y pensamientos.
Es importante hacerlo con alguien que te escuche con respeto, sin juzgarte y sin incrementar tus emociones negativas con sus propios comentarios, pero sin tratar, tampoco, de quitarle valor o importancia a lo que sientes. Si no tienes con quien hablar sobre lo que estás viviendo, puedes hacerlo por escrito, como si escribieras un diario o una carta a alguien de toda tu confianza. La carta no la vas a enviar, a menos que lo consideres necesario.
Busca el apoyo de las personas que son importantes para ti, independientemente de que sea para hablar de la pérdida o no.
Cuídate físicamente. Aliméntate bien, trata de dormir o por lo menos de descansar, haz ejercicio o camina, (varias veces a la semana), etc.
No trates, de restarle importancia a lo perdido, porque es otra manera de no aceptar la pérdida. Véelo, en su proporción real. ¿Cuánto tiempo le dedicabas física y mentalmente?, ¿cuánto placer te proporcionaba?, ¿Qué tantas decisiones tomabas teniéndolo en cuenta?, ¿qué papel desempeñó en tu vida?, etc.
Analiza qué es lo que te preocupa. Generalmente, la muerte de un ser querido cercano deja una serie de roles descubiertos, que alguien tiene que cubrir. Piensa si te angustia la posibilidad de tener que hacer determinadas cosas que antes no tenías necesidad de llevar a cabo o si te sientes solo o vulnerable, si te angustias porque ciertas conductas o atenciones que esa persona te proporcionaba, ya no las vas a poder recibir, etc.
Plantéate cómo vas a actuar de ahora en adelante, al no contar con esa persona, partiendo de la base que quieres estar bien. Planéalo de preferencia por escrito.
Acepta tus sentimientos. Es normal que los tengas y sólo aceptándolos, puedes trabajarlos.
Si perdiste a una persona por muerte y estás enojado con ella, no te preocupes, es normal. En su momento, vas a poder trabajar dicho enojo.
Si sientes que has perdido el control de tu vida, no te preocupes, es normal en un principio. Poco a poco vas a retomarlo. Si ya ha pasado mucho tiempo y sientes que no puedes recuperarlo, busca ayuda.
No trates de reprimir el dolor y llora todo lo que necesites.
Observa a la gente que ha superado sus pérdidas y ve, qué puedes aprender de ellas.
Si alguien, al tratar de consolarte, te dice algo que te causa malestar, no se lo tomes a mal, porque posiblemente no sabe cómo ayudarte, pero evita su compañía, si sus comentarios te molestan, siempre que estás con esa persona.
No te compares con otras personas que han vivido pérdidas similares. Recuerda que cada persona es distinta y cada experiencia es diferente.
A medida que empieces a sentirte mejor, busca actividades que te mantengan ocupado y que, al mismo tiempo te distraigan o entretengan.
Enfócate en los aspectos positivos que sí tienes, no en lo negativo.
Date permiso de sonreír y de reír, no le causas daño ni traicionas a nadie.
Recuerda que un final, una despedida, es, también, un nuevo inicio. Prepárate para darle la bienvenida a nuevos cambios, que tú puedes hacer que sean positivos.
No te quedes atrapado en el pasado. Vive el presente.
Busca nuevas actividades que te distraigan y te den placer.
Si perdiste una relación, una vez que sientas que te estás recuperando, puedes buscar otra, pero no trates de sustituir la que perdiste. Eso no es posible, porque cada persona es diferente. Disfruta lo que la nueva relación te ofrece y no la compares o trates de que sea como la anterior.
No huyas del dolor. Vívelo, exprésalo y poco a poco va a ir disminuyendo. Recuerda siempre que el dolor pasa y que tú eres más fuerte que él. Aunque de momento no te lo parezca.
Analiza lo que la pérdida significa para ti, que sentido le puedes dar y que puedes aprender de dicha situación.
Psic. Silvia Russek.
Lic. en Psicología Clinica.
Especialidad en Terapia de Pareja.
Especialidad en Terapia Cognitivo Conductual.
Terapia por Internet. por videoconferencia.
Citas:
e-mail: [email protected]
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