La depresión en los niños.
Los niños también se deprimen, aunque su depresión es diferente a la de los adultos. Es necesario aprender a detectarla, para poder ayudarlos.
¿Qué tan triste, "apagado" o enojado,
está tu hijo.
Obsérvalo, puede estar deprimido.
Recuerda las palabras del escritor Francois Marie Arouet Voltaire: "Las lágrimas son el lenguaje silencioso del dolor.",y evita que el dolor de tus hijos se convierta en depresión. |
Esta sección te ayuda a:
1.- Comprender cómo y por qué un niño se puede deprimir.
2.- Conocer los síntomas de la depresión infantil.
3.- Saber qué hacer.
El niño deprimido.
Nos es difícil aceptar que un niño puede estar deprimido.
Con frecuencia, nos cuesta trabajo entender la depresión en un adulto.
Pero, ¿un niño deprimido?
La depresión es, mucho más que estar muy triste.
Es una enfermedad que tiene que ser atendida y que puede variar en grado y duración.
Una pérdida importante pude causarla, por lo que el divorcio de los padres puede provocar depresión en algunos niños.
Ante el divorcio, el niño o adolescente pierde, en parte:
Al padre que se va de la casa, porque lo ve menos y porque su relación se altera,
al padre con el que vive, que al estar agobiado por responsabilidades, problemas y sus propias emociones, le dedica menos tiempo y atención.
Ante el divorcio, la depresión puede ser difícil de diagnosticar, porque:
Los padres están tan agobiados por sus problemas y emociones, que no perciben muchos de los síntomas del hijo.
A los padres les angustia pensar que su hijo puede estar deprimido.
Hay poca información al respecto.
Se puede presentar en forma de hiperactividad, agresividad o problemas de conducta.
Es normal y entendible que el niño tenga momentos de mucha tristeza o rebeldía, durante y después del divorcio de los padres.
Su mundo cambia totalmente.
Su familia (mamá y papá), que son la base de su estabilidad y seguridad, se desintegra.
La tristeza y el enojo son emociones inevitables.
Debemos permitir que el niño las sienta y ayudarlo a que las exprese adecuadamente.
Sin embargo, cuando son muy intensas o duran mucho tiempo, alterando su conducta, pueden ser síntomas de depresión.
Síntomas.
Están tristes constantemente,
lloran con facilidad,
no tienen interés por las cosas que los rodean o por sus actividades usuales y cuando las hacen, no las disfrutan,
se aíslan y/o tienen dificultades en sus relaciones,
se mantienen callados, como "apagados",
se irritan fácilmente,
responden con coraje u hostilidad,
pueden presentar problemas de conducta, hiperactividad o agresión,
les cuesta trabajo concentrarse y baja su rendimiento escolar,
tienen sentimientos de:
desesperanza,
baja autoestima,
culpa,
incapacidad (porque piensan que van a fracasar en lo que intenten o que no pueden tener éxito, porque no son dignos de ser queridos),
son exageradamente sensibles ante el rechazo y el fracaso,
pueden tener cambios importantes en sus hábitos de comer y/o dormir,
en ocasiones tienen dolor de cabeza, estómago u otras molestias físicas constantes,
cuando la depresión es profunda, pueden:
hablar de irse de la casa e incluso intentar hacerlo,
tener pensamientos suicidas o
conductas autodestrutivas,
¿Qué hacer?
No compadezcas a tu hijo, porque el puede empezar a auto-compadecerse y a sentirse víctima.
Esto disminuye su autoestima, le genera una sensación de estar indefenso y aumenta su depresión.
Exprésale constantemente tu amor.
Pero de manera sana, no sobreprotectora.
Procura que se distraiga con actividades que no le permitan estar pensando constantemente en el divorcio y en los cambios o problemas, que éste le ha provocado.
Busca nuevas actividades que puedan despertar su interés o mantenerlo ocupado, pero sin exagerar.
A los niños les es difícil detectar algunas de sus emociones o ponerles nombre.
Ayuda a tu hijo, pero sin forzarlo, criticarlo o querer convencerlo de que no tiene que sentirse así.
En un principio, es importante que pueda decir lo que le pasa.
Más adelante puedes ayudarlo a manejar dichas emociones.
Reconócele y refuérzale sus logros, aunque no sean muy importantes, para fortalecer su autoestima.
Tómalo en cuenta para ciertas decisiones, para que sienta que tiene control sobre lo que está sucediendo.
Coméntalo con sus profesores, para que lo ayuden y si tiene problemas de conducta, conozcan la causa.
Si necesitas ayuda de algún adulto, que le proporcione atención, cariño o compañía, búscala en alguien que conozcan y confíes.
Si se muestra agresivo, desobediente, muy irritable o enojado, mantén:
Recuérdale que lo quieres mucho y que el divorcio no es culpa de él.
No lo hagas sentir culpable de tu mal humor o de tus sentimientos.
Busca sentirte lo mejor posible, para que puedas ayudarlo.
Disminuye o elimina tu estrés, y/o culpa y revisa las sugerencias para ayudar a tus hijos a superar estos momentos.
Los artículos sobre los sentimientos del niño, ante el divorcio de sus padres y las emociones a las que se enfrenta en estos momentos.
Si tienes algún problema y necesitas terapia, consúltame.
Con gusto te puedo ayudar.
Lic. Silvia Russek.
Lic. en Psicología Clínica.
Especialidad en Terapia de Pareja.
Especialidad en Terapia Cognitiva.
Terapia por Internet. por videoconferencia.
Citas:
e-mail: [email protected]
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