Para lograr una meta personal, debemos vencer los obstáculos internos y externos que nos lo impiden, como son, la falta de: conocimientos, habilidades, motivación, autoestima, compromiso autoconocimiento y miedo al fracaso.
Determina tu camino.
Vence los obstáculos.
"Las metas en la vida son esos faros que nos iluminan en las noches cuando navegamos por este oscuro mar (mundo) cambiante". (Anónimo). |
¿Quién elige tus metas?
¿Cómo caminas por la vida?
¿Sabes con claridad, hacia donde te diriges?
¿Hacia dónde te quieres dirigir?
¿O vas simplemente por el camino que marca la sociedad en la que vives, reaccionando y actuando de acuerdo a lo que se te presenta?
Las metas nos marcan el lugar al que queremos llegar.
Lo que queremos obtener.
Una meta es algo que no hemos logrado.
Por lo tanto, necesitamos trabajar para lograrlo.
Cuando tenemos metas en la vida, nos sentimos con energía, optimismo y esperanza.
¿Sabes cómo lograr una meta importante, para ti?
Para alcanzar nuestras metas necesitamos:
Pasos para tener éxito
al establecer nuestras metas.
Para tener éxito, es necesario que tengamos fe en nosotros, que confiemos en que lo podemos lograr.
Piensa en todas las veces que sí has logrado lo que te has propuesto, aunque creas que son logros que no valen la pena.
No los califiques de acuerdo a su importancia o magnitud.
Considéralos sólo como una muestra de que sí hay cosas que puedes lograr y por lo tanto, lo que no sabes o no has podido, lo puedes aprender.
Escríbelo para que te lo recuerdes, cuando te sientas desmotivado o cometas algún error.
Haz que la frase: "Si no lo he logrado, puedo aprender a hacerlo" sea parte de tu vida diaria.
Si has intentado hacer algo varias veces y no has tenido éxito, quizás necesitas hacerlo de forma diferente o tal vez necesitas ayuda.
¡Búscala!
Establece un compromiso contigo mismo.
Describe las consecuencias positivas que vas a obtener y lo que necesitas hacer para lograrlo.
Pregúntate si vale la pena el esfuerzo que tienes que hacer.
Si no estamos dispuestos a esforzarnos, nuestra meta no es realmente nuestra o está basada en algo en lo que no creemos o que no deseamos con el corazón.
Ponte metas que realmente te motiven.
Que tu corazón y tu mente estén involucrados.
Cuando no escribimos una meta, puede quedarse como simple fantasía.
Al escribirla, podemos ver nuestros objetivos con mayor claridad y podemos comprometernos con nosotros mismos.
Escribirla de manera clara y específica, nos permite ver nuestros logros y lo que necesitamos hacer para llegar al final.
Es importante escribirla en forma positiva: lo que sí vamos a hacer y no lo que queremos dejar de hacer.
Es mejor decir:
Voy a organizar mi tiempo, que decir ya no voy a ser impuntual.
Nuestra manera de hablar y de pensar, influye en la programación de nuestro subconsciente.
¿Depende de ti?
¿Es alcanzable?
¿Está planteada de acuerdo a las características de una meta bien planteada?
Desarrolla un plan de acción, detallado y claro.
Haz un primer esbozo y ve agregando o modificando lo que sea necesario, a medida que vayas trabajando en él.
Relájate e imagínate haciendo ciertas cosas que son el resultado de haber obtenido la meta y disfrutando de lo obtenido.
Velo en tu imaginación, con todos los detalles posibles.
Imagina y piensa en cómo te vas a sentir.
Mientras más lo practiques, más fácil te ve a ser.
Esta es una manera comprobada de facilitar el trabajo del cerebro.
Pero enfócate en lo positivo.
Si al principio te cuesta trabajo relajarte o visualizar, recurre a una persona que tenga experiencia y te pueda ayudar.
De preferencia, alguien que lo haga a nivel profesional.
Hacerlo, nos ayuda a comprometernos y nos da la oportunidad de tener alguien que nos ayude, cuando lo necesitamos o nos escuche cuando queremos expresar nuestras dudas o sentimientos.
Pero es importante escoger a la persona adecuada:
Alguien que tenga interés en ti.
Que no te critique, ataque o se burle de ti, aunque si puede expresar su desacuerdo sobre algunas de tus conductas.
Realiza por lo menos una acción diaria.
Aun cuando nuestra meta sea a largo plazo, todos los días podemos hacer algo al respecto:
Recordar nuestro propósito o nuestros planes.
Reconocer nuestros logros.
Revisar nuestros planes.
Visualizar el éxito.
Etc.
Recuerda que el futuro es el resultado de cada instante presente, que es el que realmente podemos vivir.
Empieza hoy.
Recuerda que lograr una meta elegida por ti, después de un buen análisis, puede proporcionarte mayores beneficios de los esperados y repercutir, favorablemente, en tu autoestima.
Psic. Silvia Russek
Lic. En Psicología Clínica.
Especialidad en Terapia Cognitivo Conductual.
Especialidad en Terapia de Pareja.
Terapia por internet, a través de videoconferencia.
Informes en https://crecimiento-y-bienestar-emocional.com/terapia.html o en [email protected]
¿Sobre qué temas te gustaría leer?
¿Puedes calificar este artículo, por favor?
Tu e-mail no queda registrado, por lo que no vas a recibir respuesta.
Recuerda: |